Mente Alternativa
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Occidente Contra La #Democracia

La posición de los jefes de Estado de EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania, y también de los líderes de la Comisión Europea respecto a los #referéndums en los territorios liberados del régimen #neonazi de las regiones de #Zaporozhye y #Kherson, y también en la #DPR y #LPR (donde se celebran repetidamente) muestra la ruptura definitiva de Occidente con las tradiciones democráticas.
¿Ha Renunciado #Occidente A La Libertad De Expresión?

Era un debate que ya se creía resuelto. En Occidente se había afirmado que la #libertaddeexpresión era una condición inseparable de la #democracia e imprescindible para ella y ‎los Estados occidentales se habían comprometido a no violarla nunca más. Pero ‎#EstadosUnidos, #ReinoUnido, #Polonia, #Italia y #Alemania avanzan por el camino de la ‎censura. Hay cosas que no pueden ser dichas. ‎
El Teatro Del Absurdo Estadounidense

En este artículo, Chris Hedges ofrece una radiografía del decadente y absurdo teatro político estadounidense (de manufactura anglo-veneciana). Nuestra clase política no gobierna, escribe Hedges: Entretiene. Desempeña el papel que le ha sido asignado en nuestra #democracia ficticia. La gobernanza existe. Pero no se ve. Desde luego, no es democrática, sino críptica. Tanto los liberales de la vieja guardia como los fascistas cristianos son vitales para el ascenso de la tiranía que los maneja desde la sombra. Este vacío político ha engendrado la antipolítica, o lo que el escritor Benjamin DeMott llamó “política basura”. El primer resultado de la política basura es que infantiliza al público para mantenerlo en la esclavitud y la ignorancia. Pero el segundo resultado de la política basura es más insidioso. Solidifica el culto al yo, la creencia amoral de que tenemos derecho a hacer cualquier cosa, a traicionar y destruir a cualquiera, para conseguir lo que queramos. El culto al yo fomenta una crueldad psicopática, una cultura construida no sobre la empatía, el bien común y el autosacrificio, sino sobre el #narcisismo desenfrenado y la venganza. Esta es la oscura ética de la cultura corporativa, celebrada por la industria del entretenimiento, el mundo académico y las redes sociales. El ensayista Curtis White sostiene que “es el capitalismo lo que más define ahora nuestro carácter nacional, no el cristianismo ni la Ilustración”. Evalúa nuestra cultura como una en la que “la muerte se ha refugiado en una legalidad que apoyan tanto los #Liberales razonables como los #conservadores cristianos”. La consecuencia es una sociedad consumida por el #materialismo excesivo, el trabajo inútil que destruye el #alma, urbanizaciones asfixiantes más cercanas a “cementerios compartidos” que a barrios reales y una licencia para explotar que “condena a la propia naturaleza a la aniquilación incluso cuando la llamamos libertad para perseguir la propiedad personal.” Vemos así cómo el análisis de Hedges ejemplifica la tesis del filósofo ruso Alexander Dugin, quien afirma que “es bastante significativo que en las sociedades globalistas desarrolladas no exista una oposición que realmente desafíe los principios mismos del sistema. Tanto la derecha como la izquierda son meros elementos de un juego deliberado y astuto.” Y cuanto más tiempo se permanezca en un estado de parálisis política, más se potenciarán estas deformidades políticas, psicosocioculturales y existenciales.